miércoles, 28 de diciembre de 2011

Presentación

En la escuela y la familia, conocemos un número cada vez mayor de niños que con inteligencia notable y hasta superior, presentan problemas o dificultades de aprendizaje que como papás los percibimos pero no sabemos bien darles nombre. Pero  que se confirman cuando entran a la escuela: se distraen fácilmente, demasiado inquietos, se les dificulta organizarse o concentrarse, pierden sus cosas, evitan ciertas actividades, su estado de ánimo es irritable, son tímidos o muy impulsivos; la escuela o las tareas les generan ansiedad o estrés, la hora de la tarea se vuelve complicada y desgastante...
Como pedagoga y madre de familia, he encontrado varias terapias que ya se aplican en otros países para niños señalados con problemas de aprendizaje, autismo, trastorno por déficit de atención (TDA), hiperactividad o TDAH, dislexia y otros trastornos asociados a inmadurez o trastorno neurológico. Tengo un hijo con alguna de estas características mencionadas. 
Existe un conjunto de terapias que pueden ser la diferencia para niños, padres y educadores que enfrentan los problemas de aprendizaje y sus dolorosas consecuencias no sólo señalados a nivel escolar, sino que afectan a cada niño y a su familia en el aspecto emocional, de convivencia, social, médico, incluso económico.
La primera de ellas que he conocido fue desarrollada por un psiquiatra sueco en los 80s.  Suena reciente, pero hace 30 años de su terapia y a pesar de internet y las redes sociales, apenas se está conociendo aquí en México, mientras que en países como España, Australia, recientemente Estados Unidos y algunos de Asia, miles de niños ya se están beneficiando.


La Terapia de Movimientos Rítmicos e Integración de Reflejos Primitivos (TMR)  del Dr. Harald Blomberg es una terapia poco conocida en el ambiente escolar, médico e incluso de rehabilitación en México. Sin embargo, ha transformado en poco tiempo el presente y el futuro de mi hijo. Además de que es un niño más feliz, seguro y dueño de sí mismo, esta serie de cambios que vemos en casa, lo están observando también su pediatra, sus profesores y lo que es mejor: él mismo se percibe más capaz, y con habilidades que creía no tener. Y su mejoría ya no depende de drogas costosas!.

No hay comentarios: